Friday the 13th: The Game Análisis

 Análisis 


La mítica franquicia cinematográfica regresa con un videojuego multijugador online asimétrico en el que siete jugadores tendrán que intentar escapar del despiadado Jason Voorhees. Este proyecto ha sido desarrollado por Illfonic bajo la supervisión de Sean S. Cunningham, padre de la saga. Friday the 13th: The Game tuvo sus inicios en Kickstarter, plataforma en la que consiguió recaudar más de 800.000 dólares. Después de recibir este enorme apoyo por parte de la comunidad, ahora llega la versión final con una propuesta de juego adictiva y una atmósfera inmersiva, aunque con una jugabilidad limitada y un apartado técnico mejorable.

Respetando el legado

Para adentrarnos en esta película de terror podremos hacerlo mediante partida privada o utilizando el matchmaking, asumiendo siete usuarios el papel de supervivientes y un octavo el del mítico asesino en serie. Pertenecer a uno u otro bando dependerá del azar, ya que, aunque podremos elegir nuestra preferencia desde el menú de configuración, será al comienzo de la partida cuando sabremos el papel que desempeñaremos durante la misma.
Si encarnamos a Jason manejaremos a una auténtica bestia que, pese a estar en inferioridad numérica, se valdrá de sus habilidades especiales y gran resistencia para convertirse en una máquina de matar. Entre sus ventajas encontramos Morph, que nos permite viajar rápidamente a cualquier parte del mapa; Sense, que posibilita detectar a las víctimas; Stalk, que elimina cualquier señal de advertencia que ayude a los rivales; Shift, que nos da la opción de movernos velozmente; o Rage, una última habilidad que nos vuelve imparables. Todas ellas se irán recargando con el tiempo y nos darán una gran ventaja.



Además, el videojuego cuenta con varias versiones de Jason Voorhees sacadas directamente de las distintas películas y, más allá de los evidentes cambios estéticos, cada una tiene tres habilidades positivas, como nadar más rápido o no hacer ruido, y otras tres negativas, pudiendo incluso perder la capacidad de correr. Mención especial merece el gran trabajo de modelado de los distintos Jason, así como las contundentes animaciones capaces de transmitir toda la violencia y agresividad del mítico personaje.
En el otro bando encontramos a los supervivientes, un grupo de jugadores que estará en superioridad numérica, pero con escasas opciones de hacer frente al asesino. Es por ello que desde el primer momento tendremos que ocultarnos, encontrar nuevos objetos y armas, y coordinarnos con nuestros amigos mediante el chat de voz para conseguir escapar. Para lograr este objetivo contaremos con una serie de misiones preestablecidas que nos permitirán salir del campamento antes de que Jason nos mate.
Una de ellas es reparar el coche, opción que nos exigirá encontrar las llaves, echar gasolina y cambiar la batería. Otra posibilidad es llamar a la policía y esperar a que llegue para escapar. Una opción muy original es llamar a Tommy Jarvis, mítico personaje de la saga que, equipado con una potente escopeta, volverá para enfrentarse una vez más a Jason. Obviamente, cumplir estas tareas mientras el asesino está por la zona no será nada fácil.
Las armas y objetos aparecerán de forma aleatoria al comienzo de cada partida y serán fundamentales para hacer frente al asesino. Ya sea un machete, un hacha o una escopeta, usarlas contra Jason no nos asegurará matarlo, sin embargo, nos permitirán aturdirlo y ganar algo de tiempo para huir. Para evitar ser asesinados también podremos utilizar trampas de caza, señuelos, bloquear puertas o escondernos, una última opción que consiste en ocultarnos debajo de camas o dentro de armarios.
Este divertido y sangriento juego del gato y el ratón que plantea Friday the 13th: The Game está cargado de tensión y, aunque obviamente Jason es muy superior en todos los aspectos a los supervivientes, las múltiples opciones con las que estos cuentan hacen que la desequilibrada jugabilidad siga siendo divertida. Debido a esto, no debemos desesperarnos en caso de morir ante la brutalidad de Jason, ya que el videojuego busca que nos sintamos desvalidos e inferiores ante un enemigo casi sobrenatural.
Sin embargo, pese a que el planteamiento jugable está diseñado para ofrecer cierto desequilibrio, la realidad es que el título está descompensando. Esto viene provocado porque algunas habilidades de Jason son demasiado efectivas y provocan cierta impotencia en los supervivientes al no poder contrarrestarlas. Además, aunque las víctimas tienen habilidades y distintas opciones para atacar a Jason, las verdaderas posibilidades de salir airosos son casi nulas y eso acaba desesperando. Por último, también se echa en falta algún modo de juego adicional porque, aunque el principal es divertido, la experiencia se resiente ante la falta de nuevos retos.

Evolucionando para no morir


A medida que vayamos completando partidas iremos recibiendo puntos de experiencia según nuestro rendimiento. Con los CP obtenidos podremos mejorar tanto a Jason como a los supervivientes. En el primer caso podremos desbloquear, no solo nuevas apariencias con habilidades únicas, sino también más ejecuciones, a cada cual más sangrienta y espectacular.


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